jueves, 20 de septiembre de 2018

Tests de personalidad.

Bienvenidos a este nuevo de psicología. Para empezar, sería estupendo que hicierais estos test de personalidad. Los dos primeros son de tipo proyectivo, y el tercero, un poco más extenso, tiene en cuenta hasta 16 rasgos de la personalidad. 

Test del bosque

Test de la casa, la persona y el árbol.

Test 16 factores.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Visita al centro Lalita.

Os enlazo la página web del centro y algunas fotografías. También tenéis información del centro aquí. Y el programa previsto de actividades aquí.









Algunos materiales para elaborar el Tema 2.


Os enlazo aquí algunos documentos sobre evolución, etología y sobre el proceso de hominización. Algunos de ellos son un resumen de las clases y otros son material complementario que os puede ayudar a elaborar el tema. 
Si pulsáis aquí tendréis un breve artículo sobre psicobiología y teoría evolutiva (la parte de genética es un poco compleja, haced lo que podáis).
Si pulsáis aquí tendréis un texto sobre lo que compartimos con los animales. Y si pulsáis aquí podéis ver un "árbol geneológico" aproximado de la evolución humana.
Y si, finalmente, pulsáis aquí podréis leer un documento sobre los rasgos anatómicos y conductuales que compartimos todos los homínidos (desde los astrolopithecus a nosotros, el Homo sapiens) y que hemos estado comentando en clase...

martes, 26 de septiembre de 2017

¿Cómo funcionan las ciencias empírico racionales?


Los saberes empírico-racionales son aquellos cuyas verdades se justifican por evidencia experimental (por observaciones y experimentos científicos) y por inducción (generalización a partir de una cierta cantidad de datos experimentales). Por ejemplo, la verdad del enunciado “el agua hierve al alcanzar los 100 grados centígrados” será demostrada de modo empírico racional si una cantidad suficiente de experimentos indican que el agua sólo hierve al alcanzar los 100 grados. Como se supone que los experimentos permiten obtener respuestas directamente de la realidad (al menos, de su aspecto material y observable), los enunciados cuyo contenido es corroborado por los experimentos muestran, así, su correspondencia con la realidad y, por tanto, su carácter verdadero y objetivo. A los enunciados así demostrados (y con los que, en su mayor parte, se forman las teorías científicas) se les llama "enunciados empíricamente verdaderos", o "verdades de hecho"...

Como veis, a las verdades empíricas les ocurre como a las verdades lógicas: se pueden lograr de modo más directo (por evidencia experimental) o más indirecto (por inducción). A las verdades empíricas obtenidas por evidencia experimental también se les denomina "datos" o "enunciados observacionales", y son de carácter particular, es decir, expresan los resultados de observaciones concretas (por ejemplo: tal día, a tal hora, y en tal lugar, una cierta cantidad de agua hirvió a cien grados). De otro lado, las verdades empíricas obtenidas por inducción, constituyen las proposiciones más importantes de una teoría científica: sus tesis, teoremas, leyes, etc., y tienen siempre una forma general o universal, del tipo "Todo X es siempre Y" (Por ejemplo: "Toda cantidad de agua siempre hierve a 100º".). Las verdades inducidas dependen de los datos, pero, por su forma y significado universal, son más fundamentales que los datos para construir las teorías. Veamos ahora, con más detalle, como se producen ambos tipos de verdad empírica. 

Una verdad es empírica por evidencia observacional (es decir: es un enunciado observacional) si en ella se enuncian datos obtenidos de observaciones y experimentos que satisfagan ciertos requisitos: (a) todos los elementos o “variables” que vayamos a tener en cuenta (o puedan interferir) en el experimento u observación deben estar definidos y sujetos a control; (b) todos los datos relevantes para el experimento deben estar cuantificados con exactitud; (c) todos los pasos del proceso experimental deben estar predeterminados y deben poder ser ejecutados por cualquier experimentador que desee hacer el mismo experimento; (d) las conclusiones del experimento deben tomarse por acuerdo entre todos los experimentadores que han participado en el mismo.

 Por ejemplo, en el caso de que hiciéramos un experimento para demostrar que es cierto el enunciado “el agua hierve a 100 grados”, tendríamos que diseñarlo de manera que estuvieran definidas y controladas variables tales como el tipo de agua de que se trate, el tipo de termómetro con el que medimos su temperatura, la latitud, longitud y altitud del lugar en el que realizamos el experimento, la temperatura ambiente de dicho lugar, etc. (condición a). También tendríamos que cuantificar con exactitud datos tales como la composición del agua, la temperatura inicial y final, etc. (condición b). Los pasos del proceso deberían estarían claros, por ejemplo: en primer lugar se separarían tres probetas con cantidades distintas de agua pura, a continuación se calentarían a velocidades distintas, etc. (condición c). Finalmente, se admitirían resultados tales como: “observamos que el agua ha comenzado a evaporarse en el momento en que en cada probeta se ha alcanzado la temperatura de 100 grados” siempre que todos los investigadores participantes (o una mayoría significativa) afirmen observar lo mismo (condición d).

Las verdades empíricas obtenidas por inducción (los teoremas, leyes, o tesis empíricas de una ciencia) son aquellas que se obtienen por "generalización" a partir de un número suficiente de enunciados observacionales (o datos). Por ejemplo, yo solo podría afirmar que el enunciado "El agua siempre hierva a 100 grados" es cierto cuando dispongo de una cantidad suficiente de enunciados observacionales (resultado cada uno de ellos de un experimento u observación) que coinciden en afirmar que tal o cual cantidad y tipo de agua hierve a cien grados al calentarla de tal o cual modo y en tal o cual circunstancia. La inducción es muy utilizada en la ciencia moderna y consiste en justificar la verdad de un enunciado con significado universal y que es imposible de comprobar directamente (por ejemplo, que “todo los cisnes son blancos” es un enunciado que yo jamás podré comprobar) a partir de una suma de enunciados que sí podemos comprobar por observación (Este cisne que vemos es blanco; aquél cisne que vimos ayer era blanco, etc.). Naturalmente, esto implica un "salto lógico", pues "muchos" jamás equivaldrá a "todos". A este problema se le llama "el problema de la inducción". De otro lado, la inducción no puede proporcionar verdades "necesarias" (como las de los saberes lógicos), pues, por muchos que sean los casos o datos (la cantidad de veces que hayamos observado al agua hervir a 100 grados o a los cisnes ser blancos), esto no obliga a que siempre tenga que ser así: siempre cabe la posibilidad de que el agua deje de hervir a esa temperatura o de que nazcan cisnes no blancos...



Para acabar, en esta presentación podéis ver cómo funcionan los saberes empírico racionales (es decir, la ciencia):




Cuestiones:
1. ¿Qué caracteriza a los saberes empírico-racionales?
2. ¿Qué condiciones mínimas ha de cumplir un experimento para ser "científico"?
3. ¿En qué consiste el problema de la inducción?
4. Plantea alguna hipótesis (relativa a alguna teoría psicológica) que te gustaría poder verificar y, a continuación, extrae de ella alguna predicción y realiza el diseño experimental correspondiente.  

Algunas sugerencias para experimentar aquí o aquí

lunes, 25 de septiembre de 2017

¿Qué tipos de saberes hay?


¿Qué tipo de saber es el saber psicológico? Antes de nada tendremos que saber qué es un saber. Cada saber es un conjunto de teorías acerca de un mismo asunto (o  un mismo tipo de asuntos). Por ejemplo, las matemáticas son un saber compuesto de diversas teorías acerca de los números, el espacio geométrico, y cosas así. La historia es un saber compuesto de distintas teorías (a veces contrapuestas) acerca de los hechos del pasado. Y así con todos los demás. Cada teoría consta a su vez de un conjunto de ideas o pensamientos (relacionados entre sí) a los que se les llama proposiciones. A la expresión lingüística de una proposición se le suele llamar enunciado. Por ejemplo, una teoría sobre los gases contiene un conjunto de proposiciones y enunciados que, juntos, pretenden explicarnos cómo se comportan los gases. Hay que añadir que todas las proposiciones y enunciados (y, por tanto, las teorías y los saberes) tienen la pretensión de ser verdaderos, es decir, de describir correctamente la parte de la realidad de la que tratan. Si un biólogo enuncia, por ejemplo, que “todos los mamíferos son peludos” es porque pretende que su enunciado sea verdadero, es decir: que realmente todos los mamíferos tengan pelo.




Ahora bien: cómo puedo saber que lo que creo o digo se corresponde con lo que realmente ocurre. Hay varias maneras de responder a esta profunda pregunta filosófica.


1. Porque se ve, dicen algunos. Sé que el enunciado “El delantero ha marcado un gol” es verdadero porque lo acabo de ver por televisión (o porque alguien que lo ha visto, y del que me fío, me lo ha contado).

2. Porque se siente con el corazón, dicen otros. Es como una especie… de emoción.  Sé que es verdad que “la película de ayer era muy bonita” porque me gusto mucho.  

3. Porque quiero creerlo, por un esfuerzo de voluntad, como la fe. Qué “Dios creó el mundo” es verdad porque lo creo, solo por eso (aunque no tenga “pruebas”, ni entienda demasiado cómo lo hizo).

4. Porque tenemos pruebas experimentales. Sé que es verdad que “el agua hierve a cien grados” porque hemos hecho muchos experimentos, cuidadosamente diseñados, en los que se ve como el agua hierve a esa temperatura.

5. Porque, después de pensarlo, lo entiendo como necesario (no puede ser de otro modo). “Dos más dos son cuatro” es verdad porque razono y concluyo que es imposible que dos más dos no sean cuatro.

Según hagamos caso a uno u otro de estos “criterios de verdad” (por cierto: ¿cuáles serán los “criterios” más verdaderos, y por qué?) podemos hablar de:

Saberes racionales. Son los que obedecen al criterio (5), (4) y, a veces, un poquito el (3). Los que solo aceptan el criterio (5) son denominados “saberes puramente racionales” o “lógicos” (la filosofía se considera habitualmente como uno de estos saberes)Y los que siguen el criterio (5) y el criterio (4) (más, a veces, un poquito el (3)), se denominan “saberes empírico racionales” (son lo que llamamos “ciencias”).

Saberes irracionales. Son los que dicen obedecer los criterios (1), (2) y (3). Por ejemplo, lo que solemos llamar saber común o vulgar obedece a menudo el criterio (1). La gente piensa que nuestros juicios estéticos (sobre lo bonito y lo feo) obedecen el criterio (2). Los dogmas o verdades religiosas obedecen, típicamente, al criterio (3).


La presentación de clase: 



Actividades:
1. ¿Crees que hay algún tipo de saber que no encaje en ninguna de las categorías que hemos presentado? ¿Cuál?
2. ¿Qué diferencia fundamental hay entre los saberes racionales "puros" y los saberes empírico-racionales?
3. ¿En qué lugar comprenderías a la psicología? 




lunes, 18 de septiembre de 2017

¿Van las neuronas en bicicleta? El problema mente-cerebro.


Hay una vieja polémica en la filosofía y en la ciencia acerca de lo que llamamos "fenómenos mentales" (sensaciones, emociones, deseos, sueños, imágenes, ideas...). Algunos (quizás la mayoría) piensan que todos estos fenómenos ocurren en el cerebro y son, por tanto, de carácter físico-químico o material. Otros afirman que tales fenómenos no pueden explicarse totalmente en términos cerebrales, por lo que opinan que hay algo así como una "mente" distinta al cerebro que es "dónde" ocurren las sensaciones, emociones, etc.  ¿Quién tiene razón? 

Podemos empezar por una pregunta muy sencilla (de plantear, no de responder): ¿dónde "están" las cosas que imaginamos? Suponed que cerráis los ojos e imagináis un objeto rojo, por ejemplo, una bicicleta. ¿No es cierto que la "veis" (con todo el detalle que queráis si os concentráis un poco)? La pregunta es: ¿Dónde está esa bicicleta roja que estáis viendo? No está ahí, frente a vosotros, como un objeto físico, pues la estáis imaginando. ¿Estará en el cerebro? Si así fuera, algo en nuestro cerebro debería ponerse rojo y adoptar la forma de bicicleta, ¿no? ¿Ocurre eso? ¿O más bien el cerebro permanece del mismo color gris de siempre y las neuronas, aunque corran de un lado a otro, siguen haciéndolo sin usar bicicletas? Ahora bien, si tampoco está en el cerebro, ¿dónde "están" entonces cosas que imaginamos? En la mente (dirá alguien), que no es ni el mundo físico frente a nosotros, ni el cerebro físico que tenemos detrás de la frente. Vale. Pero entonces la pregunta infinitamente misteriosa es: ¿Qué es y "dónde" está la mente? ¿Cómo puede existir algo que no esté ni en el mundo físico ni en el cerebro? ¿Dónde está entonces? ¿Puede "estar" en algún sitio si no es una "cosa física"? ¿Es una especie de fantasma o qué? ¡¡Pero como vamos a creer en fantasmas con la edad que tenemos!!... 

No sé. ¿Cómo arreglamos este asunto? ¿Qué dice tu mente o tu cerebro al respecto..?

Si quieres pensarlo otra vez, pulsa aquí y escucha nuestro programa de radio sobre este asunto.